jueves, 24 de abril de 2025

Anémone

Anémona flor
gran traición
no escribir tu canto apenas llegado

Soy un terrícola condecorado

me distraigo

me derroto


Mas siempre llego

aunque no al alba

aunque no al ángelus


Y busco

busco más conectores

busco reservas


Para poder darte

un final acorde

a tu belleza peculiar


Flor de Piscis

un vate gemelo me contó de ti

en el pelo de una muchacha estabas


En un ramillete

en su boca

en la historia de un amor prístino,

                                        [Anémona flor


Ocho párrafos me ha tomado venerarte

medio segundo

olvidar todo lo demás.



miércoles, 9 de abril de 2025

NO ES TAN FÁCIL (o cuidado con lo que pides).

Ahora que conozco estas técnicas de autodefensa como que medio ando buscando el asalto... como que tomo riesgos que antes no tomaba. Por ejemplo, me dicen:

-¿Vamos a dar un show a Ciudad de México?

-Vamos.

(risas)

Benito se comió el chocolate de marihuana sin compartirlo con nadie, contrariando sin querer -como es su costumbre- la voluntad de la benefactora que se lo regaló en el camarín después de su presentación, una comediante y productora argentina radicada en la Ciudad de México, quien daba muy buenos consejos para la profesión de humorista, y que destacaba, entre otras cosas, por su estado civil de separada conviviente con su ex pareja, un chistólogo mexicano, y quien era el padre de su hija. Una unión que era altamente instrumental, pero que al mismo tiempo ocultaba no sé cuántos miedos de los que acechan a la raza humana. El ingreso al estado de trance por consumo de cannabis no demoró en manifestarse en la expresión de mi hermano, quien empezó a gozar severamente los efectos de dicha barra de chocolate. 

Su presentación de aquella noche en el bar de comedia "Woko" había cumplido con la expectativa de hacer reír al público mexicano, a pesar del concepto de Benito, el cual reza que, cuando se hace comedia en un país distinto al de origen, el nivel del artista baja automáticamente un escalón producto de las diferencias culturales. Luego de su triunfal segunda experiencia internacional nos fuimos de festejo con algunos locales que mi hermano conoció en esta travesía a la que lo acompañé. De ellos aprendí, entre otras cosas, que la Ciudad de México fue erigida sobre un lago, razón por la que se estaba hundiendo, cuestión que no pude comprobar, pero que supuestamente se podía observar en la base de los distintos edificios que se ven en la ciudad.


Terminada la reunión, la cual ocurrió en un bar cuyo principal atractivo consistía en la posibilidad de que como clientes manejáramos fuegos de artificio, y que presuntamente era regentado por una organización narco de la colonia Roma Norte -de acuerdo con los testimonios de los comensales mexicanos que nos explicaron la forma de operación de aquellas bandas, éstas por lo bajo cobraban un arriendo extra a cada negocio del sector-, nos dirigimos con Benito hacia el departamento que rentamos durante nuestra estadía. Eran cerca de las dos de la madrugada, y si bien en un comienzo caminamos, también nos batimos entre ello y pedir un Uber, cuestión que se hizo muy difícil puesto que la señal de internet era bastante pésima.


La noche ya se sentía densa, y quizá para respirar un poco de ese ambiente peligroso es que entramos a un Oxxo para comprar chocolate y ver si desde ahí tendríamos la señal correcta para tomar el taxi. Dentro del local, interactuamos con un tipo bastante raro, que tenía un aparato en sus manos, una especie de radio con cables sueltos al que manipulaba como si se tratara de su último y revolucionario invento, aunque evidentemente no lo fuera. El hombre me produjo una desconfianza inmediata, no así a mi hermano, que hablaba con él poniéndose en riesgo de forma innecesaria, puesto que su estado de trance por efecto de la marihuana era más que evidente, y el sujeto nos metía conversa vorazmente. 


Supimos perentoriamente que esperar el taxi sería una quimera, por lo que optamos por caminar hacia el departamento. Ello me impulsó a aplicar las magias ocultas que dan seguridad al ser humano, sin importar su contexto. Erguí mi espalda y busqué crear un campo cuántico a nuestro alrededor, una suerte de fortalecimiento del aura que nos permitiera llegar sanos y salvos al apartamento, técnica normalmente infalible para mí en momentos de necesidad. Era muy importante hacerlo de esa forma, puesto que disponíamos de poco tiempo, ya que nuestro vuelo de regreso a Santiago era a las ocho de la mañana del día siguiente


Así, la caminata por la avenida Insurgentes Sur se hizo llevadera y tranquila, hasta que Benito rompió esa pared de protección al sobrereaccionar en un paso de cebra (que en la Ciudad de México no son cruces sino zonas de espera hasta que los autos dejen de pasar), puesto que en su estado, que pasó desde la algarabía a la paranoia, pensó que un auto nos podía atropellar, deteniéndome con un "¡Cuidao!" y levantando la curiosidad de una prostituta que estaba al otro lado de la calle, quien al vernos por fin cruzar me dijo “Te salvó”, a lo que respondí sin pensar “Claro, es mi hermano”, mientras observaba que ella se ponía entre nosotros y metía su mano, no de forma muy sigilosa, en el bolsillo de la chaqueta de mi distraído carnal, a fin de hurtar su celular, momento en que reaccioné marcialmente anteponiendo mi mano derecha y gritando “¡No es tan fácil!" ¡No es tan fácil! ”, respuesta que me hizo entrar en un enfrentamiento visual con ella y que llamó la atención del grupo de aproximadamente diez prostitutas más que estaban en dicho sector. Mi actitud fue la de mantener la guardia en alto e ir alejándome poco a poco, mientras repetía “¡No es tan fácil! ¡No es tan fácil!”, ya como un mantra protector. Ello mientras mi hermano, asustado, se había alejado en otra dirección. Al notar que conseguí salir del área de enfrentamiento, pensé que me encontraría con Benito en la próxima cuadra, cuando lo veo aparecer por la misma esquina desde la que desapareció, corriendo desenfrenado hacia mí, y notando que el grupo completo de prostitutas se le abalanzaba encima, en forma más que nada burlesca, pues se sabían en cierto modo derrotadas al no poder concretar el asalto, por lo que el intento de humillación era lo único que les quedaba. Afortunadamente Benito atravesó dicho umbral sin recibir ataque físico alguno, pues entre las prostitutas y la vereda, por la cual él corrió su propia carrera de cincuenta metros planos, se anteponía una barrera de metal.


Al reencontrarme con mi palideciente hermano, me explicó que optó por retornar por el mismo rumbo puesto que escuchó que las otras prostitutas, muy ingeniosamente, gritaban “¡le están pegando! ¡le están pegando!", en referencia a mí persona. Cuando ya nos encontramos a salvo, mi nivel de adrenalina era tal, que sentía que podía enfrentarme a cualquier demonio nocturno, por lo que no dudé en buscar seguir por la misma ruta, la cual nos esperaba en la próxima cuadra con un grupo aun mayor de damas. Benito, quien de su cerebro sólo tenía activada la amígdala, me exigió entrar en razón, forzándome a que cruzáramos la calle para seguir nuestro camino, opción que acepté a regañadientes, pero que luego me hizo ver y apreciar el valor de nuestro triunfo.


A la mañana siguiente, es decir, un par de horas después de aquel incidente, el despertar y nuestra llegada al aeropuerto no carecieron de algo de caos. Por fortuna, la gente en México es hospitalaria, busca agradar, aprecia a los chilenos y acepta incentivos, única forma que hallé para que el taxista perdonara nuestro atraso, provocado por el chistecito del karateca.

viernes, 4 de abril de 2025

Libertad

La libertad se ejerce, no se pide.

Se ejerce cuando las decisiones no se toman pensando en los riesgos.

Cuando no permitimos que el miedo dicte su cátedra.

Como diría Steiner, debemos erradicar todo miedo por el porvenir, así alivianamos el alma, y la colaboramos en el despertar, que cada día debemos buscar.

No será la autoridad, en sus diversas formas, ni nada externo, aquello que te haga libre.

La libertad se ejerce de adentro hacia afuera, ojalá y siempre con la verdad por delante, para que esta libertad sea plena y no una impostura. 

La verdad siempre, para no deberle nada a nadie, y darse a la vida con la cara limpia y las manos llenas de dignidad.

sábado, 15 de marzo de 2025

Tranqui

Escribo sencillo, porque vivo sencillo

no me interesan ya las grandes manifestaciones de poder y algarabía

soy el río que sube o baja su caudal

pero que seguro sigue su cauce


Dame el silencio, y la calma

sea en la tormenta o en el sosiego de un sábado, 

y aunque gustoso de las experiencias, 

sé que éstas nunca son puntuales

y siempre se elaboran en el día a día.


No me pierdo en el laberinto físico y mental de la metáfora,

y si bien el misterio se me asoma de cuando en vez,

sé aceptarlo y con simplicidad resolverlo.


Si busco algo, si algo ambiciono realmente, 

es entonces llegar hasta dónde mis pies y mi alma me lo permitan.

Un cordillerano atardecer y el canto de los loros de fondo me es suficiente.

sábado, 8 de marzo de 2025

Atracadero

Palabras del devenir

no nace a la necesidad

aquello que se conserva

Capullo y hogar

fuerza inmediata

irremediable

y que insiste

en el regazo de la furia

Animal pensante y roto

roca de madera en la luna

que es mi almohada

la que me recibe, me contiene

Un par de canicas

dulces, aguacates, zapatillas

son los gestos del Don Juan

que sale porque sabe que entrará

y que cuenta los días

para terminar de pintar las paredes.




viernes, 21 de febrero de 2025

El camino propio.

En estas vacaciones junto a mi hijo Mateo, en el litoral central chileno, he descubierto una liberadora verdad.

Veníamos llegando a la cabaña que rentamos cuando nos encontramos con otras personas que arrendaron en el mismo lugar. Ellas estaban compartiendo un asado, cervezas, conversación. Al día siguiente, al bajar a la playa, vi a muchos clanes en la misma dirección que nosotros. Agrupados para conseguir su objetivo, a diferencia nuestra, que éramos únicamente dos personas, padre e hijo, con la finalidad de disfrutar del mismo paisaje.

Me invadió una sensación de aislamiento y cierta soledad, incluso de culpa ¿Por qué nuestra experiencia no es grupal, colectiva? El desasosiego me impedía disfrutar del momento presente y de la enorme riqueza que hay en nuestra experiencia familiar. 

Luego empecé a reparar en los detalles de los clanes a los que observé. 

Recordé también mis propios intereses. Descubrí que, honestamente, no me interesa mantener encuentros sobre la base de conversaciones superfluas y consumo de alcohol con desconocidos. También noté el enorme estrés de las familias numerosas, y la presión sobre niños y adultos por cumplirle a los demás. 

No quiero con esto reducir la experiencia de esas personas. Sé que existen riquezas en el actuar en forma de clan y no me considero apto para juzgar decisiones ajenas, es más, de eso se trata lo que les quiero compartir: todas las experiencias son igual de valiosas si ponemos en práctica la aceptación.

Quiero ir más allá. Terminé felicitándome por el hecho de tener el coraje de actuar de forma distinta, de seguir un camino propio. Dos personas cercanas a mí se sorprendieron cuando dije que viajaría sólo con Mateo, cuestión que para mí es bastante normal. Me doy cuenta de que no es común que así sea, de que muchas personas buscan lo grupal para poder sentirse seguros. En mi caso, eso ya no es necesario. En parte porque me rijo como un Ermitaño, en parte porque en cada paso me siento acompañado por la Humanidad.

He descubierto que, en parte, mi verdad tiene que ver con ese atrevimiento a crear sin sujetarme a las normas socialmente aceptadas, y a respetar y amar ese camino.

Lo más importante de todo es encontrar el camino propio, el que más sentido nos haga, sea colectivo, sea individual, sea reducido en personas, sea en actividades y decisiones diversas a las que la masa seguiría.

El ser humano tiende a moverse de acuerdo a los designios masivos, incluso sin darnos cuenta, buscamos refugio en lugares comunes, en aquello-que-todos-hacen, incluso si eso no tiene que ver con nuestra propia energía. 

Será un hecho de vida importante para cada humando el descubrir cuál es su propia talla de zapatos y a vivirla sin temor, pues ahí está la posibilidad de atravesar la experiencia humana con menos histeria y mayor aceptación.

domingo, 2 de febrero de 2025

Darle tiraje a la chimenea

Estamos de regreso al blog, luego de varios meses.

Hoy quiero escribir sobre la necesidad de movilizar la energía de forma permanente. De optar en nuestras vidas por la actividad, cuando estemos en una búsqueda deliberada de nuestro propio desarrollo.

De acuerdo a lo que he logrado comprender, de eso se trata conectar con Dios. "Dios es realización" escribí en mi cuaderno. Las leyendas bíblicas y de otras religiones y culturas, apuntan con frecuencia hacia la maduración del hombre, tanto individual como familiar y socialmente hablando. 

Este tema es tratado en diversas expresiones artísticas. De inmediato me acuerdo de la canción "Andares" de Serrat, que le dice al caminante que no hay camino y que se hace camino al andar. También pienso en la canción "Las cosas tienen movimiento" de Spinetta y Páez. En ella, luego de preguntarse ¿Qué estamos haciendo acá?, se nos invita a no bajar la guardia... siempre a seguir. En el fondo, que no debemos esperar la ocurrencia de situaciones externas para avanzar, puesto que la solución siempre está en nuestras manos.

Es algo que veo a diario en las personas. Hay quienes asumen el discurso de la espera: cuando esto suceda, entonces estaré en paz. Lamentablemente, o esas cosas no ocurren, o aparecen nuevos dilemas que arrebatan la tranquilidad. El discurso se convierte entonces en un eterno bucle, cuya única salida pasa por una revolución filosófica, a la que se puede llegar a través del conocimiento, del ejemplo de otros, de la terapia, o lo que sea. 

Hay quienes asumen la responsabilidad y no bajan la guardia. Esas son las personas que más logran crear y concretar. Paradójicamente, al tomar responsabilidad, asumen que aquello que sueñan es aquello que viven. El camino se vuelve más importante que las metas. Hay varios maestros, antiguos y contemporáneos, que podrían hablarnos de esto. 

Siempre podemos decidir. En ocasiones, hemos de optar por la pasividad, por la quietud, porque las cosas ocurran, mas esto es una simple herramienta y no una actitud de vida que nos permita ganar perspectiva y experiencia.

El hecho de venir a escribir hasta aquí refleja para mí lo que les comento. No sabía bien como retomar. A veces me decía que, cuando el panorama vital se aclarara, entonces retomaría las publicaciones en el blog. Derechamente, la duda existencial que se me asoma es "¿Por qué tengo que publicar lo que escribo? ¿Es que le sirve a alguien esto?". Lo cierto es que el panorama se aclara con estos actos. Es uno quien lo aclara. Por lo mismo permito que este escrito no tenga una forma muy concreta, pero sí una idea central. Lo demás lo iré ordenando en la medida que avance.

La fe que he adquirido tiene que ver con ello, con el poder que todos poseemos para convertirnos en causas y no en efectos, sin esperar la ocurrencia de designios divinos o grandes cambios sociales que nos permitan ser. El Ser -no pretendo profundizar ahora en ello- se desenvuelve sin sujeción a las normas humanas. No se somete a leyes ni convenciones, simplemente Es, siendo.

En fin, gracias por llegar hasta aquí. Entiendo perfectamente que aquello que escribo conecta con ciertas sensibilidades y no con todas. Si a ti te resulta útil, te invito a tomarlo, y si no te hace sentido, no pasa nada.