viernes, 8 de diciembre de 2023

Ausencia de mundo.

Todo lo que sé, me muestra que nada sé. Me sigo atesorando en la sorpresa de las nubes coloridas y en los vuelos de murciélagos errantes. Me acompaña la música y la melancolía: mis ausencias de este mundo son ahora de incalculable calidad, y si lo escribo es para dar simple testimonio puesto que la belleza hoy yace en mis sentidos, y la avaricia nunca fue conmigo.

Este día lo he ganado porque lo he vivido. Urano de paso le toma la mano a mis secretas raíces. Les invita a danzar en el cambio, les aporta abono, las fertiliza, y yo confío en esa fuerza de cambio intrínsecamente emocional, poderío de agua, tierra y aire. El horizonte se abre eterno, definitivo, sin frontera. Está aquí mismo y ya no hay vuelta atrás.

Queda agradecer a cada muerto de mi felicidad, a cada trozo de madera, a cada piedra arrojada al río y a la mar, a los ejemplos vivientes, a los maremotos y las borracheras sin destino, a la incoherente sabiduría de un alumno en práctica, a los incautos que escuchan, se consuelan y no oyen... a la piedra filosofal que es el corazón humano, a las manos eléctricas, y a los clásicos que con cualquier instrumento suenan bien. Al amor por la vida y sus diversas maneras y estilos, porque nunca deja de mostrarse en real y duradera esencia, a los maestros en consciencia y a los involuntarios, a los que dan la oportunidad aunque no seamos nadie, aunque la vida, lo que sabemos por vida, se cuele por los rincones. Gracias por dejarme ganar, y por no humillarme en la derrota. Por ser piezas del puzzle, y por dejarse erosionar como las rocas de la playa... en ustedes yace la historia de nuestra sabiduría. Sépanse entonces merecedores de todo el amor que en vida reciban, y de cada momento que les salve la existencia.

Yo me quedo aquí, y desde aquí movilizo esta misión de embellecer el mundo, con humildad, la que ustedes me enseñaron, sin expectativa, con la fuerza cordillerana de cada árbol renaciente y de cada niño que sonríe.










lunes, 20 de noviembre de 2023

Historias de fútbol.


El Kike llegó super curao a jugar a la pelota, argumentado que llevaba tomando desde las tres de la tarde debido a los festejos por el día del funcionario municipal. Llegó a la cancha con su primo -un jugador de actitud lamentable que parecía hacer esfuerzos en aletargar las jugadas- y su señora embarazada de no se sabe cuántos meses, quien estaba muy molesta por la embriaguez de su marido, y que no perdía oportunidad de tirarle palos y comentarios ponzoñosos, culminando su actuación con una humillación final al Kike frente a todos los jugadores, la cual fue estúpidamente celebrada por varios de los presentes.


Ya en el partido el Kike manifestaba en plenitud el estado festivo provocado por la borrachera. Sorprendía que a pesar de su lamentable estado etílico mantuviera su siempre regular nivel futbolístico, además -y esto era lo novedoso, debido a que suele mostrarse como un ser parco, que de no ser por su generosa actitud en la repartición de cigarros a quien le pida, rozaría en la apatía- de darse el tiempo para jugarretas adolescentes de provocación verbal a los rivales, las que vistas desde el exterior terminaron siendo una mufa al juego de su equipo, que hasta el momento se permitía dominar mediocremente el partido, justo en la jornada en que estrenaban camisetas nuevas, unas copias baratas de la polera del Manchester United, traídas inexplicable e innecesariamente como contrabando desde Lima gracias a la gestión de Paolo, un miembro del equipo con vasta experiencia en estafas telefónicas y que, en un giro teatral de su trama íntima, se dedicaba en ese entonces a la organización de viajes psicodélicos a través del uso terapéutico del Opio y la Cannabis.


Si bien el Kike era quien estaba marcando la nota alta durante el partido, fue una acción del Floro la que se robó la película y marcó el destino del encuentro. 


El Floro le pegó un planchazo en la pierna derecha a un jugador del otro equipo, quien venía saliendo de una operación de meniscos y al que le faltaba una mano, dejándolo tendido de dolor por varios minutos. Desde el suelo, el lesionado le pegó una patada en las canillas al Floro cuando éste se le había acercado para disculparse, generando en este último un estado de gran ira que en otro momento de su vida lo podría haber impulsado a pisotear en el suelo la cabeza del manco, impulso que afortunadamente y en un acto de madurez y de auto represión, el Floro no obedeció

Luego de la falta el jugador sin una mano se fue a jugar al arco y, paradójicamente, desde ese momento el equipo de nuestros protagonistas no volvió a hacer gol, en parte también porque se desconcentraron, confiados y risueños de lo que estaba pasando, mientras el Floro entraba en un trance interno que lo sacó definitivamente del partido, llevándolo a viajar hacia sus años en el servicio militar, donde los jefes lo obligaban a sacarse la chucha con otros conscriptos, so pena de que fueran los jefes quienes les sacaran la chucha si ellos no accedían a pelear. 

Viajó también hacia los años posteriores a la realización del servicio, donde por costumbre se enfrentaba con otros hombres a la más mínima provocación, negando su naturaleza compasiva y profunda. Con el tiempo fue aprendiendo que morderse la lengua en situaciones de violencia latente era una opción más que viable, no por convencimiento sino que con la finalidad de evitar un problema mayor si decidía despertar la otra cara de esa naturaleza sensible, es decir, a su bestia interior, que en medio del trance al que había entrado en pleno partido, estaba provocando que su sangre corriera maratones por sus venas, acosando a sus extremidades con tal de tomarse venganza de la cobarde respuesta del manco, quien no tuvo la suficiente inteligencia, ni el suficiente discernimiento, ni la suficiente voluntad para comprender que la falta que le hizo el Floro fue involuntaria, actitud irreflexiva que en todo caso le acomodaba asumir al jugador inválido, producto de su deseo profundo de ser agredido por el mundo, para así justificar las agresiones que él ejecutara.

Terminado el partido, el cual el equipo perdió sin darse cuenta, como si todos hubieran asumido que la derrota se produjo realmente con la impunidad del manco, se generó una conversación grupal espontánea, en la cual se profundizó sobre la rabia y otras sensaciones, y en la forma en que responden los seres humanos ante las agresiones, los miembros del equipo coincidieron en que las personas con ciertos grados de discapacidad, dígase ciegos, mancos, tartamudos, cojos, deformes o incluso gorditos podrían sobre reaccionar frente a cualquier agresión, por mínima que sea a modo de mecanismo de defensa. En general el equipo coincidió en felicitar a su jugador por no haberse acriminado, y en que el manco era bien aweonao, mas en él Floro persistía cierta adrenalina y culpa por haberse dejado agredir sin responder. 

Una vez terminada la conversación al borde de la cancha -la cual fue acompañada por murciélagos que sobrevolaban sobre el pasto, y en la que también exploraron en el pasado fraudulento de Paolo, quien no estaba presente, con insinuaciones y directos comentarios que afirmaban que, a pesar de su nueva ocupación, seguía dedicado a las estafas telefónicas con tal de ganar dinero suficiente para sus gastos, los cuales tampoco eran excesivos pero sí estaban fijados en un cierto estándar de vida-, el destino le apersonó al Floro una posibilidad definitiva de descargar tanta energía, en un incendio a una casa que se encontraron en la esquina del club mientras salían de este. 

En la casa incendiada funcionaba un pequeño Minimarket de barrio al cual en apariencia no se le podía pedir tanto más que lo básico para el buen funcionamiento de un hogar, cosas tales como esponjas, lavalozas de botella pequeña, fósforos, pan en la mañana y en el día, mermelada, mantequilla, confort, bolsas de basura y probablemente elementos propios de un bazar, como pilas y lápices pasta. El desarrollo del incendio incluía ruidos de cables explotando que sonaban como lanzamientos de fuegos artificiales dentro de un espacio cerrado y con eco. 

Apenas el equipo visualizó el incendio, se oyó proponer al arquero, el Mario Bros, que se detuvieran a ver si podían ayudar en algo, así que detuvieron el auto y todos bajaron menos Anaximandro, lateral y delantero del equipo, de buena marca, pases y llegada, aunque de pésima definición frente al arco, quien internamente se preguntaba qué mierda iban a hacer allí para ayudar, razón por la que recurriendo a sus conocimientos sobre ocultismo se puso a meditar, tratando de imaginar el fin del fuego y a las personas tranquilas, no consiguiéndolo pues al mismo tiempo vinieron a él otros pensamientos fuera de contexto. Específicamente pensaba en las tres personas que le deben plata, y en cómo hacían para mostrarse en redes sociales asistiendo a conciertos, dando consejos sobre abundancia material y fumando marihuana a destajo respectivamente, sin sentirse avergonzados. Pensó al mismo tiempo en que los otros miembros del equipo sólo podrían estar asomados sapeando, hasta que miró al Mario Bros trasladando no se sabe qué cosas y hablando con la gente, como coordinando acciones aparentemente útiles, colaborando humildemente hasta en el más mínimo detalle posible. El Anaximandro olvidaba en ese momento, por cierto, la formación militar y administrativa del Floro, quien no sólo no estaba simplemente mirando, sino que figuraba con una manguera de casa apagando el fuego, a través de la técnica de rocío de agua que se usa para regar los jardines, aplicando el dedo índice en el extremo de la manguera, poniéndose al ejecutar dicha labor incluso por sobre los habitantes del sector y los propios dueños de casa, quienes le cedieron el poder de apagar el fuego sin ningún tipo de resistencia, logrando apaciguar considerablemente la tragedia hasta la llegada primero de un bombero a pie (que fue raramente celebrado por un vecino obeso, que estaba sin polera probablemente producto de los deseos exhibicionistas y libertarios que se desatan en las tragedias o simulacros de tragedia, ya que el calor del fuego no daba para tanto, considerando que era además de noche), luego de un ruidoso carro, y luego de 4 carros más que poco tenían ya que hacer ahí, por no decir que su presencia fue del todo inútil, es decir, de un nivel de aporte inversamente proporcional al ruido ensordecedor con que se presentaron.

El incendio terminó siendo apagado, de la misma forma en que la mujer del Kike le apagó su alegre curadera con la humillación final que le propinó, escarmiento que nadie recordaba muy bien como se dio específicamente, pero que incluyó gritos e insultos con mucha rabia de parte de su señora, que estaba de brazos cruzados por sobre la altura de su panza encinta, es decir, cerca incluso de la altura de la cara. El Kike figuraba intensamente aplastado, tanto como las ganas de los bomberos por intervenir de forma útil. Aunque se reía quizá para aplacar la negatividad que estaba viviendo, manifestaba en toda su expresión como toda su fuerza magnética era carcomida por la histeria de esa mujer. Sus amigos sólo avivaron la dinámica. Puro pan y circo. Nadie recuerda tampoco qué actitud asumió el manco, pero no cupo duda que se sumó sádicamente a las burlas.




sábado, 28 de octubre de 2023

Comprendiendo los eclipses de luna llena.

En los procesos de eclipses y luna llena los humanos suelen debatirse entre dos polaridades: el miedo a los eventos naturales y la comprensión de ellos, puesto que en ambos casos reconocemos simbólicamente los movimiento energéticos que estos nos reflejan. 

Se dice que en la antigüedad los humanos le temían a los eclipses, mas resulta ser más preciso afirmar que sólo algunos humanos tenían ese miedo, y que siempre ha existido en nosotros una sabiduría que permite la comprensión de dichos eventos.

Para descubrir "cómo nos afectan" los eclipses de luna llena es necesario simplemente observar aquello que esté ocurriendo en nuestro cotidiano, es decir, los hechos de nuestra vida diaria reciente y las reflexiones que éstos nos generen. 

Luego de revisar qué nos está pasando, entonces lo podemos analizar astrológicamente, es decir, sabiendo que que cuando hay eclipses de luna llena lo que se refleja es el término de un proceso más o menos intenso, que en el mejor de los casos nos permitirá integrar al consciente aquello que hasta el momento es inconsciente.

Ello porque astronómicamente hablando, el eclipse de luna ocurre cuando la tierra (el Yo) se ubica entre el Sol (el consciente) y la Luna (el inconsciente), por ende nos situamos al medio de dos fuerzas que nos piden ser integradas, a riesgo de que si desoímos ese aprendizaje podemos polarizarnos en una de ellas y hacer de este evento un momento poco agradable, o porque nos victimizamos o porque negamos que algo nos está ocurriendo.




Por ejemplo, el eclipse de hoy sábado 28 de octubre de 2023 ocurre con la Luna en Tauro y el Sol en Escorpio, por ende, nos pide integrar en el Yo ambas fuerzas y no quedarnos sólo en una de ellas. El goce y el dolor, lo profundo y lo superficial, la creación y la destrucción, los recursos y el desapego material, etc. Todo ello tiene variaciones específicas dependiendo de cada Carta Natal y nunca se tratará de una lectura única para todos. Por lo mismo algunas personas pueden sentirse más afectadas que otras, pues podría darse que tengan muchos planetas en esa área de su Carta, mientras otras no tienen ninguno, por lo que el simbolismo será menos notorio. 

Los dilemas específicos dependerán de cada persona, se mostrarán a través de las casas de su Carta Natal, asimismo el nivel de crecimiento que estos puedan traer. 

De todos modos, bastará simplemente observar los hechos más recientes de nuestra propia vida para descubrir el significado específico y cuál es el término que se está produciendo ¿Con qué actitud lo observaremos? 

Gracias por llegar hasta aquí, te deseo un feliz eclipse de Luna llena en Tauro.





miércoles, 18 de octubre de 2023

Consejos prácticos para vivir más en el presente.

Estos consejos provienen desde mi propia experiencia de aprendizaje. Son prácticos y nada místicos (aunque siempre son parte de una energía y ayudan a regularla). Basta con que se aplique uno de ellos para ir notando cambios importantes en nuestros estados de ánimo y en la forma en que afrontamos el día a día. Si bien hablo de habitar el presente, también se puede entender como habitar nuestro interior (frente a los excesos de estar muy "hacia afuera"), o incluso como técnicas para manejo de la ansiedad.

Se los comparto:

1. Tener un dominio sobre el uso de la tecnología. Ello implica usarla cuando sea necesario y para facilitarnos la vida, y no como parte de una conducta inconsciente. Ello se expresa en:

-No llevar el celular en el baño.
-Evitar que la primera conducta diaria sea revisar mensajes y redes sociales.
-Escoger previamente el contenido de redes sociales que va a revisarse.
-Evitar el uso del celular cuando caminamos. Si necesitamos ver algo, nos podemos detener a hacerlo.
-Cuando se use el celular, ponerlo a la altura de nuestra cabeza para evitar encorvarnos.
-Evitar tener siempre a disposición nuestro celular. Perfectamente puedo dejarlo en casa cuando salgo, o dejarlo en una pieza mientras realizo otras actividades en la casa.

Las redes sociales nos llenan de informaciones que afectan nuestros estados de ánimo. En general en la sociedad moderna hay un exceso de informaciones, y cuando abusamos del uso del celular, estamos voluntariamente decidiendo afectarnos más con contenidos que poco aportan a nuestro crecimiento. Incluso cuando se trata de contenido "espiritual", si no regulamos el consumo, o nos paseamos de un tipo de contenido a otro, difícilmente aprenderemos algo que nos sea de utilidad. 

Como ejercicio adicional, les propongo que observen a la gente mayor que usa el transporte público, y verán que se puede viajar sin tener que estar en una pantalla.

2. Tomar una pausa de al menos 3 minutos entre una actividad y otra, sea cual sea. De esta forma aprendemos a salirnos de piloto automático y tomamos mayor consciencia de nuestro cuerpo y pensamientos.

3. Hacer una sola actividad a la vez, dedicándole exclusivamente toda nuestra energía. Por ejemplo, evitar moverse por la casa cuando se lavan los dientes, o hacer llamadas cuando estemos lavando platos.

4. Hacer al menos un ejercicio de respiración al día, inhalando y exhalando profundo. También puede servir el meditar diariamente, aunque sean 5 minutos. Existen muchas meditaciones disponibles en la web.

5. Tomarse el tiempo necesario para ejecutar cualquier acto, sin apuro. No es necesario andar corriendo por la vida. En la calle, por ejemplo, mucho se ve que los peatones cruzan prácticamente corriendo para no enfadar a los automovilistas, o cuando se hacen compras, nos apuramos en guardar los productos para recibir la boleta y el vuelto de la cajera. 

Todo tiene su tiempo y podemos, poco a poco, desprogramar la prisa con que solemos movernos en nuestra vida cotidiana.

Existen muchas opciones más en lo que ha vivir en el presente se refiere, y aquí he entregado sólo un resumen de técnicas que he utilizado y que me han sido de utilidad. Termino contándolas que, naturalmente, este texto ha sido pensado para personas dispuestas a realizar caminos de crecimiento.

Un abrazo.



martes, 29 de agosto de 2023

Escritos para la nueva humanidad.

 Estamos habitando la era en la que la humanidad se decide a vivir de forma auténtica, es decir, a actuar de acuerdo a lo que nuestra esencia nos pide, a habitar las pulsaciones del corazón, dejando de lado el miedo al 'qué dirán', o a lo que otros puedan pensar sobre nosotros, lo que hacemos, lo que expresamos.


Hemos regresado al hogar y ahora toca habitarlo desde el amor expresado en empatía y compasión, para con uno y para con los demás.


No estamos solos, estamos acompañados de almas valientes que salieron del molde social para crear su propia historia. Muchas de ellas en su momento fueron cuestionadas por sus cercanos por expresar esa diferencia. Son ellas las que nos permiten en este momento transitar hacia nuevas formas de vida, en las cuales la empatía ocupe un lugar central. Gracias a esos viejos y viejas hoy podemos estar aquí comunicando las buenas nuevas de los nuevos paradigmas, la nueva cultura social que irá tomando cada día más presencia.


A quienes aun temen de mostrar su diferencia: sepan que no están solos, que la familia humana que incluye, comprende, escucha, investiga... cada día es más grande, y tiene las puertas abiertas para todo quien se quiera sumar.


Llegó el tiempo de soltar los moldes y expectativas que no provienen desde nuestro interior. Para ello, primero deberás preguntarte qué es aquello que deseas y no has hecho, cuál es ese paso que añoras dar y has postergado... estarás acompañado, cada día somos más, y si enfocas adecuadamente el pensamiento, soltando culpas y victimismo, entonces te resultará más fácil dar con aquellos despejados caminos hacia tu propia luz. En el atrevimiento de buscar un sentido a nuestras experiencias hay mucho material disponible, aunque a veces nos cueste porque no fue así como nos enseñaron, siempre late en nuestros corazones esa llama de la transformación.


Si lo que te preocupa es lo que conoces por "realidad" o "contexto" y lo abrumador que esto puede verse, recuerda que el mundo, el universo, se mueve en polaridades, es decir, que si reconoces lo feo es porque existe la belleza, si hay frío es porque hay calor, y así... se puede aplicar a todo ámbito. Si estoy en relaciones donde no me siento valorado, es porque hay una energía de valoración esperando por mí, lo mismo con el trabajo, los hábitos, las amistades, etc.


Tú decides la polaridad desde la que te sitúas, y pocas veces en la historia humana esto fue tan claro... Si la realidad tu abruma porque se ve sombría, debes mirar ese lado luminoso que te invita con los brazos abiertos... tú eliges, y nunca fue tan claro.


La era de Acuario nos susurra que realicemos nuestros sueños pues de todos modos nos moriremos, pero hoy y más que nunca podemos morir habiendo vivido.






martes, 8 de agosto de 2023

El aire de la calle: me eleva, me hunde

La calle, lo que entendemos por calle, hacer calle, tener calle... es hasta cierta medida un ejercicio de libertad que con el pasar del tiempo se constriñe inevitablemente entre bancas, carteles y conversaciones superficiales y alcohólicas, entre marihuanas varias y latas de cerveza que colman basureros ya repletos. Que esto, que esto otro, que Román Riquelme, que perdieron la constitución, que este discurso que copio de las redes sociales -esa parte del inconsciente colectivo que no tengo idea cómo se conecta con tanta velocidad al punto de convertirse a discurso socialmente aceptado-... yo no podría afirmar a esta altura que la filosofía se encuentre ahí en la calle. De que hay filosofía la hay, pero porque la filosofía está en todo. El ejercicio de la calle, si no se camina, pasa a ser vacío, aburrido o al menos altamente repetitivo... y atención, que para que la caminata sea efectiva debe ser entre máximo dos personas, porque si van tres entonces chocan, salvo que se bajen de la vereda o que caminen de madrugada. Los filósofos de la cuneta son aburridos porque con ellos normalmente no se puede hablar, se las saben todas porque supuestamente en la calle está todo. Y se equivocan. Es imposible que así sea, menos cuando se trata de creaciones diseñadas (las calles) para encaminar la expresión más superficial del humano, o dicho de otra forma, para que los humanos embrutecidos asistamos a nuestros trabajos, a producir no-sé-qué-cosa. En ninguna parte está todo, salvo en el gran espíritu. Ese sí que está en todo, o al menos en todo lo que tenga potencial divino. Menos el todo se manifiestará sólo en la calle cuando ésta es sinónimo mayoritario de agitación, lo que es igual a decir que no permite la quietud necesaria para una reflexión elaborada. A veces todo pasa porque quien habla más fuerte, y tomamos por sabios a quienes se mueven desde su certeza ególatra, aunque lo que diga no tenga una sola chispa de asertividad. No hay nada más repetitivo que hablar con alguien que no cuestiona ni un poco sus creencias, o discursos, o certezas y por ende conductas e historia personal. En ese sentido en el pueblo se juegan los mismos dramas que en las clases altas. A pesar de que las formas sean menos importantes en las villas y ferias, no por eso la expresión es más genuina. Muchas veces los diálogos de la calle son tanto o más vacíos que los de un rico embrutecido de privilegios. Lo digo porque lo he vivido con ojos abierto, con sentidos mareados y con la guardia baja. Con la sensación de estarme liberando en medio de una guerra de escupos, y con ganas de volver a mi lecho para decirme que a partir de mañana comienzo una nueva vida.

martes, 11 de julio de 2023

Un día de la vida: de la lluvia al estoicismo.

Escribo este texto con el sonido de la lluvia de fondo, y el ruido de la música de mi vecina del piso de abajo. Hoy quiero oír a la lluvia hablar, y si bien lo consigo, me distraigo con esa playlist miscelánea a todo chancho. Aunque me incomoda, la entiendo, porque yo también fui en su momento el vecino ruidoso. Sé que apagará la música a una hora prudente, o al menos eso espero.

Este día me ha llevado a pensar en la inconsciencia de unos para con otros. Hay días en que los humanos no me caen tan bien, y eso tiene que ver con las inconsciencias. Con actuar sin mirar al de alado, con el desdén, la despreocupación, con estar concentrados sólo en nuestros intereses egoístas.

Tuve harto de ello hoy. Al despertar ya estaba con dicha sensación acompañada de un leve dolor de cabeza. Una representada no llegó a una reunión pactada a las diez aeme. Luego, a la tarde, cuando me subí a una micro para dirigirme al centro, una persona de forma deliberada impedía el paso por el pasillo, y una pareja comía naranjas y mandarinas de forma, digamos, grotesca. Nada en contra de la vitamina C, pero la naranja en exceso genera un olor más bien fuerte y a veces desagradable, sobre todo si vas en una micro cerrada. Por su parte el conductor, por cada detención pegaba un frenazo, lo que me agitaba en mi desesperación y en mi dolor de cabeza. 

De tanta sensación de desagrado, ya me empezaba a dar risa la situación. Sabía que estaba en medio de un momento malo del día, y que en algún momento pasaría. Afortunadamente luego pude descansar de forma confortable y reírme a carcajadas como me gusta.

Yo también he actuado inconscientemente respecto de los demás. Pensaba en que había algo que se me repetía, cada vez con menos frecuencia, y es esto de dar consejo sin que me lo pidan. A veces idealizo mi capacidad de mirar profundamente las situaciones cotidianas. De ello aprendo sobre todo a escuchar más y hablar lo preciso, sin intromisiones en las vidas de otros.

Luego de dormir una siesta que me salvó la vida, acompañé a la Pauli a sus clases de flamenco, y en el camino pasamos a tomarnos un café en un local que decidimos porque nos recibieron con una sonrisa. Al pagar la cuenta, nos regalaron dos papeles con mensajes. 

El mío decía "Cuando te levantes por la mañana, piensa en el privilegio de vivir, respirar, pensar, disfrutar, amar". Supuestamente eso lo dijo Marco Aurelio, un ex emperador romano, practicante de la filosofía estoica (elijo creer que la frase es suya). Más allá de eso, ésta me llegó en lo profundo, porque justo hoy por la mañana, había olvidado agradecer como lo hago todos los días, y eso por cierto que trajo consecuencias prácticas. La otra frase era del filósofo existencialista Kierkegaard, y me gustó más que la mía, aunque asumí que no era para mí.



De regreso a casa, decidí caminar un poco bajo la lluvia porque me gusta. Eran cerca de las 8 de la noche. En eso, un auto pasa alado mío y me salpica del agua de la calle. Otra inconsciencia, esta vez más nociva, y que decidí enfrentar, aunque con poco ímpetu, porque las frases filosóficas y las aguas del cielo me habían aquietado. Le hice gestos desde atrás y luego desde el costado cuando lo alcancé porque le tocó la roja. Ni siquiera me miró y siguió su camino. La inconsciencia, sí. La más triste de todas, porque te niegas a revisar tus conductas, sea por vergüenza, sea por orgullo.

Decidí no enfrascarme. Finalmente podemos actuar por nosotros mismos, y no resulta saludable esperar a que los demás cambien sus conductas, o se hagan conscientes de sus acciones. Obviamente debemos demarcar límites cuando corresponda. En lo que sigue, cada cual debe seguir su propio camino, y si nosotros elegimos hacernos cargo, pues la vida nos reunirá con personas que también lo hacen, o con otros que no, con tal de que superemos la filosofía de la expectativa ajena. 

En definitiva, el plan consiste en descubrir la experiencia humana, y acompañarnos de quienes elijan ese camino. En lo posible, desdoblándonos cuando ocurran situaciones desagradables que no podamos modificar, mirándolas desde afuera.

Mi alma desea que todos puedan oír la voz de su interior, porque ello es lo que permite conectar con el resto desde la consciencia, desde el hacerse cargo, desde el mirar nuestras conductas y mejorar en lo posible. Al mismo tiempo, les desea a todos conectar con la filosofía y el camino del cuestionamiento profundo, porque creo que ello salva vidas.

Probablemente esa voz interior te esté hablando a través de la lluvia. Sugiero escucharla sin ruido de fondo. A todos, incluyendo a mi vecina, que persiste flagrante en su plan musical.