Entonces
en pleno baile callejero
me atreví a cruzar la pared de mochilas
que se formó sin premeditación en el suelo
y me acerqué
con
mis
mejores
pasos
a la bailaora solitaria
mujer cuya belleza radicaba
en la profunda y meditada autonomía que irradiaba
en cada movimiento, en cada paso de baile
embelleciéndola irremediablemente a mis ojos
Nos miramos en eso
y sonreímos con ternura y complicidad
entremedio de toda la gente
que la gozaba en el aniversario N° 59
de la Villa Olímpica
Le dije hola
me dijo hola
Me das tu número?
Obvio: +56 9 7732531
Lo guardé como a un tesoro
en la memoria artificial de mi despedazado celular
y ya cuando noté
en qué dimensión estaba mi cuerpo
la última canción sonó
ella se fue sin más
Y yo me quedé con las ganas de hablarle.